jueves, 31 de enero de 2013

¿Casualidad o causalidad?



Retome mi carrera de educador artístico, después de veinte años dedicados a la supervisión y administración de las artes. Desde septiembre de 1992 no ofrecía un curso de taller de pintura. Siempre impartía charlas y conferencias sobre la historia, apreciación y critica de las artes visuales, con énfasis en el área de la pintura. Pero no es lo mismo,… lo mío es enseñar. Por eso mi énfasis en ser llamado “maestro” y no profesor. Escribiendo estas letras me asalta a la mente como una luz, la pregunta, esto fue ¿casualidad o causalidad?

Recuerdo bien la fecha, porque coincidía con mi cumpleaños, el 14 de agosto de 2012, cuando comencé a ofrecer el curso de Pintura básica: Calidad cromática, en ARREVICA’S- Artes y Manualidades (Asociación Recreativa Residentes Villa Carolina). El curso está dirigido a personas adultas interesadas en cultivar las artes. Con una matrícula original de 23 adultos, (21 damas y 2 caballeros)

Rediseñe el curso que ofrecía en décimo grado a los estudiantes de la Escuela Central de Artes Visuales, con el único propósito de enseñar el oficio de ser pintor  por medio del taller.”  Taller distribuido en quince (15) clases de tres horas de duración. Las primeras diez clases son de experimentos continuos para adquirir la destreza de pintar. Aquí el maestro guía paso a paso al estudiante en la adquisición de un conocimiento.  Una clase se dividía en siete (7) partes:

1-  Lectura reflexiva relacionada con las artes.

2-  Discusión y corrección de la asignación del la semana anterior.

3-  Teoría del concepto y técnica del día, cubriendo la parte histórica y la apreciación de imágenes.

4-  Demostración por parte del maestro de la técnica y concepto.

5-  Experimentación por los estudiantes.

6-  Evaluación del trabajo realizado en el taller.

7-  Explicación de la asignación para la entrega en la próxima clase.

Pintar,… ¿Cómo se pinta con calidad cromática? Cada maestro tiene su visión y  misión en el arte, el mío consiste en que la mancha de color sea la que defina la forma. Color sobre color con una paleta impresionista. La técnica que se enseña es el acrílico. Se realizaron diferentes experimentos: las armonías del color (complementaria, análoga, cuántica de la luz, monocromática, acromática y tríadica), las veladuras, la calidad cromática en los cuatro colores básicos (rojo, amarillo, azul y verde), el viaje del color y la copia de un detalle de una pintura  impresionista, entre otros. En este modelo de aprendizaje, el maestro somete el trabajo del participante a un análisis y crítica a través del diálogo. Proceso árido al principio  al no estar acostumbrados a recibir una evaluación objetiva y directa del trabajo realizado, y enfrentar los conocimientos previo versus los nuevos conocimientos adquiridos.

Las próximas cinco  semanas se dedicaron a realizar una pintura de formato rectangular.  Este será su primer ensayo a la codificación de su lenguaje plástico. La primera obra es un tema clásico, Bodegón, con vegetales y frutas caribeñas. El curso terminó con una elegante exposición y una emotiva graduación de los participantes.

Mi mayor satisfacción de esta aventura cromática fue el resultado, y como todo resultado puede ser cuantificado, veamos los resultados.

Evaluación objetiva del curso:

a-  Terminaron el curso, diez y nueve participantes (17 damas y 2 caballeros), para un total de 82.6 %.

b-  Terminaron su pintura 18 participantes, para un total de 94.7%.

c-   Dominio de “la calidad cromática””

c1-  Excelente (100 a 90), un total de 9 participantes, para un  50%.

c2-   Bueno (89 a 80), un total de 7 participantes, para un 38.8%.

c3- Satisfactorio (79 a 70), un total de 2 participantes, para un 11.2%.

d-  Uso correcto del vocabulario especializado en pintura, un total de 15 participantes para un  83.3%.

e-  Uso correcto de los materiales y equipo del curso un 100%.

Evaluación subjetiva del curso:

La clase de pintura es un taller,  por ello requería  trabajo continuo, asistencia semanal, realización de las asignaciones en sus hogares. Fue posible por la confraternización entre pares y el compromiso de cada integrante por lograr los objetivos artísticos del curso. Hablábamos el mismo código, respirábamos el mismo color, observábamos la misma imagen y la recreábamos de manera diferente. Habitaba en el taller un público cautivo por el conocimiento adquirido y un maestro prisionero del sentido de pertenencia con sus alumnos.

A modo personal, narro estas tres experiencias.

-        Por mi forma conceptual no soy una persona afectuosa o cariñosa, y una participante me hace un comentario análogo al respecto en un momento dado. Al final del curso ella va y me da un “abrazo de oso”, que me congelo, nunca había recibido una muestra de afecto así, ¡se lo agradezco de corazón!

-       A finales de octubre recibo una llamada telefónica en el salón, (no está permitido atender llamadas dentro del taller). Salgo a contestar y me notifican que mi hermana había sufrido un derrame cerebral. Cuando regreso las damas de dan cuenta del cambio gestual que había en mi. Me alientan y consuelan y elevan oraciones al Señor por su restablecimiento. Es la primera vez que lloro delante de los estudiantes. Se identificaron con mi dolor.

-       Para concluir, añado una canasta de “F”, la cual me obsequio una  de mis participantes en Navidad, vía telefónica. Quede sorprendido y al mismo tiempo satisfecho porque el mensaje había llegado. En “arte” se puede obtener como resultado de una evaluación esta nota, si no se  realiza el criterio a evaluar. Lanzo una carcajada por el regalo y ella me aclara que es una canasta de Felicidades.

La pregunta que inicia este ensayo, ¿casualidad o causalidad? se responde. Toda causa tiene su efecto.El cariño, aprecio y respeto fue mutuo y como siempre digo, el arte es vida y por el arte conocí este grupo de participantes que impactaron mi vida positivamente.
Lo más difícil de evaluar en el proceso artístico es la parte subjetiva, partiendo de la premisa que cada  individuo reacciona diferente al mismo concepto y técnica. ¿Cómo el conocimiento adquirido cambia significativamente el modo de ser, ver y pensar? Este es el momento del verdadero aprendizaje. Utilizando como única herramienta mi experiencia visual y educativa y analizando los resultados objetivos con los subjetivos, concluyo, que  el desarrollo de la percepción, la sensibilidad y la capacidad creadora en los participantes fue de un 100%. Por ello la satisfacción del maestro es un 100%.

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