jueves, 20 de junio de 2013

Desenterrando elefantes: la rebelión de las masas

“Es fácil esquivar la lanza, mas no el puñal oculto.” - Proverbio chino

Con la llegada de las masas a la Central, se gestiono un fenómeno social de apoderamiento del espacio físico. Estaban conscientes del pecado de Eva. Cada maestro-masa tiene una sensación de dominio y triunfo que le invita a dar por bueno todo lo sucedido. Participaban colectivamente en todo, imponiendo su opinión sin contemplaciones, al negarse a reconocer otras soluciones y opiniones. Se convierten en cómplices, pero se sienten salvados al saberse idéntico a los demás.
Esta adhesión se puede achacar a una combinación de varios factores: una administración cultural congelada en el pasado, el abuso sentimental que duele en la psiquis y el espíritu, con la frase  repetitiva, cada vez que había un problema interno,  “nos van a quitar la escuela”, la aparición de la masa y la minoría selectiva.
Primero, Eva gobierna, administra, forma una escuela para su bienestar. Luego, en cambio, los  administrados  empiezan a vivir para Eva. La Central se convirtió en un sepulcro blanqueado por sus educadores hipócritas, racistas, homofóbicos solapados y los llamados “cristianos”. Tener el poder total corrompe y nubla las decisiones creativas en pro del estudiante y la misión y visión de una escuela.

Los maestros-masa creen tener el conocimiento absoluto y poseen la comodidad que ofrece una escuela especializada, tiene más que suficiente, pero, carecen de proyectos educativos y artísticos. Sólo se preocupan por su bienestar y es insolidario con los que no profesen su bienestar. No se dan a la tarea de construir y destruyen al que desea ser diferente.
A este hecho se añade la creación de una minoría selecta (modelos de intercambios simples, amigables y gratuitos), un grupo de maestros que velaran, espiaran y murmuraran los decretos de Eva, como diría José Ortega y Gasset, "al que se exige más que a los demás, aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores."
Esa masa dirigida por la minoría selecta y amamantada por Eva, conspiró y se reveló contra mi persona en el año 1986. La violencia es el miedo a las ideas de los demás y la poca fe en las propias. El arte no debe estar al servicio de la política administrativa, al contrario, la administración debería estar al servicio del arte.

La masa hizo un frente común, La propaganda comenzó, difundiendo y adoctrinaron a sus estudiantes de intermedia a rechazar al taller de dibujo y pintura del nivel superior. Combatieron mi deseo de renovación continua con criterios óptimos de excelencia en el área de dibujo y pintura. No entendieron mis cambios curriculares en las artes visuales. Ignoraron mi  filosofía educativa en el proceso enseñanza aprendizaje. No soportaban los cambios anuales en las unidades de creación, los grandes e innovadores proyectos artísticos que nunca se habían realizado en el sistema público de enseñanza y universitario. Nublaron su entendimiento y señalaban como lenguaje profano mi frase icónica: “El arte es vida.”  
Se unieron en un fin común, impedir que el curso de Dibujo y Pintura utilizara el pasillo central del primer piso, para exponer las pinturas hiperrealistas, en la Exposición Anual de Estudiantes de 1987. La orientación fue abierta y clara  a los  estudiantes de noveno grado, no solicitar continuar su especialización en estas áreas.

 El propósito ulterior de la masa-maestro era demostrar que mi  currículo era exitoso solamente porque los estudiantes de décimo grado eran de la escuela y ya sabían dibujar y pintar. Como lee un proverbio chino: “Las mentes grandes discuten ideas; las medianas, cosas; y las pequeñas, personas.”
Resultado, de 1976 a 1984 los estudiantes que ingresaban a mi curso en su 60% provenían de la escuela. Los 40% restantes eran estudiantes de nuevo ingreso provenientes de otras escuelas. De 1985 a 1986   la matricula de décimo grado se nutria de un 45% de estudiantes de nuevo ingreso. Desde esa rebelión, en 1986-87 se nutrirá de un 90% de estudiantes que entran en décimo grado a la escuela por primera vez.
La rebelión de las masas tuvo éxito.
 Pero lo mejor me paso después de la rebelión. Era el momento indicado para demostrar mi premisa: “Todos estamos capacitados para dibujar y pintar. La técnica se puede enseñar”. Lo que nos falta es un currículo especializado para lograr este propósito. Readapté el currículo de décimo grado, ahora más consciente que el porciento era mayor de los estudiantes que no sabe nada de arte. Diseñe un mini currículo de los conceptos básicos del arte dentro del curso de Dibujo. ¡Eso fue fabuloso, lo mejor que me paso en esta rebelión de las masas!

La excelencia se desarrollo al 100%, porque el currículo  que  diseñé era, por razones obvias, pensando que el estudiante no sabía nada en dibujo y pintura. Se les capacitará en el medio del dibujo y pintura y en todas las técnicas, buscando la creatividad y excelencia.  
Tres factores determinaron la efectividad del currículo: primero su continuidad, cada unidad de creación supone diferentes niveles de dificultad en la actividad creacional, segundo el cuantitativo, la cantidad de obras realizadas comprueban la continuidad y variedad de técnicas y estilos y tercero el cualitativo el oficio del dibujo y la pintura prevalecen siempre en la producción artística la cual recibió excelentes  reseñas por los críticos especializados, universidades locales y extranjeras y  la prensa.

Resultado final, se demostró  que  el currículo de dibujo y  pintura es efectivo, por su base disciplinaria en el arte, son procesos de observación, sistemático y consciente. Se validó el currículo y al maestro.
Resultado ulterior, en el 1989-90, la clase graduanda es aquel 90% de estudiantes que entraron en décimo grado a la escuela por primera vez al curso de Dibujo y Pintura, en el año 1986-87. Para la  Exposición Anual de Estudiantes de 1989, el curso de dibujo y pintura del nivel superior inaugura el Teatro de la Escuela Central de Bellas Artes, como sala de exposiciones. Esto debido a la calidad de excelencia de los dibujos y pinturas y la gran cantidad realizada.

Por primera vez se utiliza el teatro. Un éxito… El resto es historia.
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Sirvan estas líneas para el propósito ulterior de este blog, servir de guía a los nuevos maestros de las artes visuales y los futuros artistas.

Recuerden que UN BLOG SE NUTRE DE SUS COMENTARIOS. Gracias, por los comentarios que me enviaron a mi e-mail, pero agradeceré se realicen en la zona de comentarios  al final de la página. El que desee que su nombre o imagen artística sea eliminado favor de solicitarlo en los comentarios.

4 comentarios:

  1. Tengo el honor de haber sido parte de ese Taller de Pintura y miembro de la última clase que graduó el Profesor Cruz, 1992. Aunque ingresé a la Escuela Central de Bellas Artes en 1987, gran parte de mis compañeros de taller eran de nuevo ingreso. De hecho, confieso no haber deseado pertenecer a ese taller, pero mi comportamiento durante la escuela intermedia provocó que se me castigara ingresando al mismo. Poco sabía que sería donde más aprendería. Claro que a mis 15 años esa no era la perspectiva. Recuerdo como se nos proyectaba al Profesor Cruz, como el Diablo mismo, y para ser honestos, su imagen no le ayudaba a cambiar esa leyenda. Pero esto tenía también una razón, o quizas más de una, al menos así lo veo ahora. Mi terror hacia el profesor era tal que pedí se me cambiara de escuela si era necesario. A Dios gracias que no hubo manera de lograrlo. Fue como si hubiera estado destinado a purgar mi alma con el Profesor Cruz. Mis compañeros de escuela intermedia, pues ciertamente fuimos pocos los que terminamos en su taller, puedo recordar cinco incluyendome a mi, se mofaban de los "jodios". Así nos llamaban no solo a los que veníamos de escuela intermedia sino aquellos de nuevo ingreso que sin remedio fueron matriclados en el Taller de Pintura. Las leyendas sobre el PRofesor Cruz, cuadros volando por las ventanas para afuera, cayendo en el jardín frontal, cuadros que tenían que realizarse hasta diez veces fueron las cargas que nos tocaron a ese grupo de condenados del Taller de Pintura.

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  2. Ese primer día de clases con el Profesor Cruz las dos hojas de las puertas del salón en el tercer piso rugieron al cerrarce. Sonaron como cual rejas de una celda en prisión. Seguido de esto se escuchó la peculiar, inconfundible y maléfica risa, de tono diabólico, del Profesor Cruz, y un silencio sepulcral inundo el aula. Eramos cerca, sino sobre, treinta alumnos, de los cuales aproximadamente cinco, si la memoria no me falla, veníamos de la escuela intermedia. Solo esos cinco conocíamos las historias y lo que el futuro nos tenía en reserva. Pero yo no, yo estaba seguro que me trasladarían de escuela y me salvaría de las garras del Profesor Cruz, al menos eso pensaba, hasta que unos días después me dieron la noticia de que no sería posibla, al menos no hasta el siguiente año. Sin remedio tenía que atravezar por el primer nivel de ese infierno de tres niveles. No se si el profesor aprovechó las historias que divagaban todos los pasillos de la escuela para lograr su cometido, pero ese primer semestre del año escolar 1989/90 se encargó de mantener el velo diabólico, claro, dentro del marco de lo aceptable.

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  3. El primer día de clases del segundo semestre 1989/90 quedábamos diecisiete alumnos aproximadamente, y para el profesor, pareció ser un alivio sin igual. Fue entonces cuando el caparazón diabólico comenzó a romper y por primera vez vimos al verdadero Profesor Cruz. La dinámica de clase no cambió, el proceso de enseñanza era el mismo o más riguroso aún, pero la dinámica profesor-estudiante fue mejorando diariamente. No fue fácil cambiar la imagen diabólica por una de un maestro, pero el profesor lo hizo durante ese segundo semestre. Tal fue el cambio que decidí mantenerme en la Central hasta graduarme, tampoco quise cambiar de taller.

    Varos años despues, durante la última exposisión de la clase 92, nuestro taller contó con el privilegio de ser visitado y criticado por grandes maestro; Lorenzo Omar, Myrna Báez y el Profesor Martorell, todos invitados por el profesor Cruz. A mi me tocó el privilegio de guiar a Myrna Báez por toda le exposisión de Dibujo y Pintura, además de recibir sus fuertes críticas, e incluso, un pequeño insulto por una de mis obras. Mi clase logró llevar varios alumnos a excelentes universidades en Estados Unidos y Méjico, incluso, algunos de nosotros ganamos becas a través de los certamenes de talento de esas universidades. Algunos continuaron carreras en las artes, otros simplemente elegimos otros caminos, pero nunca olvidando las enseñanzas del profesor. Su taller, y esto quizas sin su intensión, o quizas si, nos proveyó con herramientas útiles mucho más allá del campo de las artes, sino también en el campo de la vida.

    En 1992 culminé estudios con el Profesor Cruz, y en 1993 ingresé a Pratt Institute of Art en New York. Lamentablemente, y por razones económicas, no pude culminar mis estudios en esa universidad, y tuve que regresar a la UPR. Realmente la diferencia en la calidad educativa es mínima, pero algo es exactamente igual entre ambas, ninguna cuenta con un maestro tan apasionado como el Profesor Cruz.

    Profesor, esta línea va dirigida a usted personalmente. Fue más lo que aprendí de usted que lo que pude aprender en cinco años de estudios universitarios, gran parte fue un refirto, y en ocasiones, de manera elemental, al menos desde mi perspectiva. Hace 24 años no le ví de esta manera, pero hoy, que soy padre de un jóven de 16 años, con un profesor muy similar a usted en actitud, le doy gracias a Dios por haberme puesto en su taller y por darle a mi hijo un profesor como lo fué usted

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  4. Saludos, Mr Cruz. He encontrado este blog muy interesante, me he transportado a una época muy intensa de mi vida. Estoy interesada en saber la próxima fecha del taller para adultos. Tengo una chica de 18 años interesada en el arte. Mi email es mmelendezvalentin@gmail.com.

    Saludos,
    Marisabel

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