Considere pertinente esbozar unos conceptos que deben guiar al
estudiante-artista y al maestro de artes visuales. Estos guiaron mi personal
filosofía educativa en las artes visuales. Hablaremos de la inspiración, del
gran desafió y otros temas.
¿Donde están las musas, la inspiración, la mística, la sensibilidad en el proceso del diseño? La
inspiración no baja del cielo como el “maná”, ni las musas te susurran al oído,
hay que cortejarla, regalarle flores de color,
aventuras de experimentación y pasión de estética. El diseño es un
proceso de creación de lenguajes, responde a la disciplina en el taller y la codificación
de la estética en la obra. Para activar
la sensibilidad artística y la creatividad debemos visitar exposiciones de
arte, leer literatura, ensayos especializados, dedicar un mínimo de dos horas
diarias a la experimentación en tu área preferida de las artes visuales,
asistir al teatro y escuchar música. Estos son valiosos recursos que te
provocaran la inspiración. Pero, lo más importante, debemos dialogar por medio de la obra de tu
intimidad, de tus creencias, de lo que conoces.Es una creencia que sólo se diseña en la fase de transferir las ideas a bocetos previos a la pintura. Según mi experiencia el boceto, es solo un punto de partida. La disciplina de pintar está sujeta al procedimiento ensayo-error. La imagen-idea está continuamente pasando desde el nivel consciente al inconsciente, el diseño sigue evolucionando. Son dos momentos diferentes de creación: el diseño y la ejecución. Ambos se enfrentan a soluciones diferentes. No es lo mismo pintar plano una superficie de color anaranjado en un boceto, que luego pintarla y aplicarle las veladuras, saturaciones y el viaje del color a ese matiz anaranjado. Esto no excluye, sin embargo, que el artista puede hacer valer su intuición, más que el conocimiento. Aquí la eterna pugna entre la razón y el sentimiento. El intelecto no debe interferir con la intuición.
Una pintura como obra de arte
persigue dos lecturas. La primera es la
lectura de la imagen, de lo representado, aquí el espectador se encontrara cómodo
con el uso del color, la evocación de una
experiencia, la complicidad con el tema. Si la lectura queda aquí, es solo una
pintura de buena factura, donde se demostró el dominio de las técnicas y
materiales. Ahora viene el gran desafío, una segunda lectura, de lo no
representado, lo conceptual, lo que se siente, producir una “catarsis” en el
espectador, que la pasión y estética del artista sean halladas por el
observador y provoquen sentimiento de afinidad y pertinencia y porque no, hasta
un cambio de conducta ante lo creado. No
es el objeto físico el que nos deleita, sino su presentación anímica. Ese es el
gran desafío de una verdadera obra de arte. Me uno a las palabras de Rudolph Arnheim,
filósofo alemán que se especializó en el análisis de la obra de arte, cuando
escribió que “toda obra de arte debe expresar algo… el contenido de la obra
debe ir más allá de la presentación de los objetos…”
El dominio del conocimiento
artístico y habilidad técnica por si solas no son suficientes para alcanzar
una pintura de excelente factura con diseño y estética. Falta “algo”. Nos falta el
desdoblamiento del ser entre la razón y la emoción-sensibilidad, esa intuición,
esa compenetración con la obra, esa simbiosis con lo representado, para
producir una obra de arte.
Sirvan estas líneas para el propósito ulterior de este blog, servir de guía a los
nuevos maestros de las artes visuales y los futuros artistas.
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Gracias,
por los comentarios que me enviaron a mi e-mail, pero agradeceré se realicen en
la zona de comentarios de las entradas,
al final de la página. Recuerden que UN BLOG SE NUTRE DE SUS COMENTARIOS.
El
que desee que su nombre o imagen artística sea eliminado favor de solicitarlo
en los comentarios.
Gracias Gabriel! Necesitaba esto! :-)
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